Maravillosa casa nueva con vistas al mar en Rocaferrera
Exclusiva zona residencial
Situada en el exclusivo barrio de Rocaferrera, en Sant Andreu de Llavaneres, uno de los pueblos más tranquilos y agradables de la zona. Conectado con Sant Vicenç de Montalt a través de las urbanizaciones del Supermaresme y Rocaferrera. Ambos pueblos comparten una atmósfera tranquila y sosegada que lo hace ideal para descansar y a su vez, vivir cerca de grandes ciudades como Barcelona.
Mar y montaña, clima suave durante todo el año
Con el mar de frente y la montaña a su espalda, prácticamente todo el Maresme se beneficia de una disposición privilegiada, con un clima suave y la posibilidad de disfrutar de las ventajas de la playa y la montaña sin necesidad de desplazarse más de 10 minutos.
Desde el Golf al puerto deportivo en 5 minutos
Existen muchas opciones de ocio alrededor, destacando especialmente el Golf, a menos de 5 minutos de la casa. Y el puerto deportivo de Balís, donde se encuentra el Club náutico, que cuenta con algunos servicios como piscina, gimnasio, pádel. Además de varios restaurantes en la zona del puerto.
Se puede llegar andando al centro del pueblo
La vivienda se encuentra en la parte más baja y próxima al pueblo de Rocaferrera. Por lo que caminando menos de 1 km se llega al centro del pueblo. La zona está dedicada completamente a grandes casas independientes. Siendo una zona poco densificada gracias a obligar a construir en una parcela mínima de 2.000 metros cuadrados.
Vistas y privacidad en lo alto de la montaña
La parcela ofrece un gran desnivel desde la calle, lo que permite ubicar la casa en la parte más alta, ofreciendo unas vistas maravillosas y una notable privacidad tanto en la casa como en el jardín que la rodea.
Cúbica, orgánica y familiar
Construida con un diseño moderno y con un planteamiento práctico, enfocado al día a día de una gran familia, desde fuera parece como la superposición de unos cubos colocados uno al lado de otro, pero ligeramente desplazados en lugar de contiguos. Ofreciendo una imagen de líneas rectas y claras perpendiculares desde fuera, pero a su vez una forma en abanico que rompe con la linealidad y que brinda de una mayor luminosidad a los espacios interiores de la casa.
Zona de día y zona de noche, para que no molesten los niños
Al entrar en la casa a través del “cubo” central nos encontramos con un amplio recibidor que divide la casa literalmente en dos zonas diferenciadas. A la izquierda la cocina y el comedor en un solo espacio, y a continuación el salón con un techo de doble altura. Mientras que la derecha del recibidor encontramos la zona de dormitorios.
La cocina, el eje central
La cocina, sencilla y recta, con encimera gris y puertas de madera natural, es un espacio increíble gracias a su vista hacia la piscina y el jardín, y por ende hacia el mar y la montaña. Cocinar allí se hace la delicia para cualquier apasionado de la cocina e invita a apasionarse al más desinteresado. La isla de la cocina sirve de separación natural con la zona de comedor. Que a su vez conecta con el gran salón comedor, con el cuál comunica naturalmente al no haber puerta y la única separación son unas decorativas lamas verticales de madera.
Dormitorios separados
La zona dormitorios se reparte en cuatro niveles separados. Pese a ser una casa con dos alturas y un sótano, la composición interior se rompe con unas medias plantas que ofrecen más privacidad y separación entre los dormitorios. Encontrando el principal en la zona más elevada.