Situada en el histórico pueblo de Sant Andreu de Llavaneres, uno de los más destacables de la zona, gracias a sus vistas desde la montaña, núcleo antiguo del pueblo, el puerto deportivo de Balis, pero sobretodo por ser junto a Sant Vicenç de Montalt, el enclave con las urbanizaciones más prestigiosas de todo el Maresme. Donde se encuentran algunas de las casas más caras.
Llegando prácticamente a la parte más alta de la montaña, encontramos una ubicación excepcional por encima del resto de viviendas, con vistas frontales al mar. Ese fue el lugar donde hace casi 500 años decidieron edificar esta gran masía de más de mil doscientos metros cuadrados, sin contar las terrazas y las construcciones anexas.
El interior de la masía ha sufrido varias actualizaciones, encontrándose ahora en un estado de conservación casi original, con suelos centenarios, techos de vigas vistas, chimenea, rejas de hierro en sus ventanas. E incluso un mobiliario que hace sentir a uno encontrarse en siglos pasados.
Como la gran mayoría de masías, dispone de una orientación prácticamente sur en su fachada principal. La puerta principal se convierte en una gran embocadura ancha y alta, con una gran puerta de madera tras una puerta de barrotes de hierro, sobre tres peldaños de piedra y ladrillos en forma de corona circular. Nos abre a un hall rectangular que sirve de eje central de esta planta y donde encontramos la escalera principal a la planta superior. A la derecha de este hall se encuentra la zona de ocio, una gran sala para juegos que comunica con la capilla privada de la casa. Al este del hall encontramos el salón y la chimenea, así como el comedor para numerosos invitados. Todos estos espacios cuentan con la misma orientación al sur que la entrada de la vivienda. Dejando los espacios interiores, orientados al norte, para la zona de cocinas, despensa y servicios de la casa.
En la planta superior se encuentran todos los dormitorios, repartidos alrededor de un gran corredor central con varias arcadas de piedra y con salida a una terraza al fondo, en el lateral de la casa, desde donde se accede a la antigua lavandería. Todos los dormitorios son amplios y espacios, algunos comunicados con sus dormitorios contiguos. Muchos de ellos disponen de un grifo en la misma habitación, utilizado para lavarse. En esta planta encontramos también dos grandes baños.
Aún, una tercera planta, aprovechando el bajo pendiente del tejado, permite configurar más dormitorios y salones.
Por su ubicación, amplitud y distribución, resulta un lugar ideal para acoger ahí un hotel boutique con verdadero encanto histórico donde ofrecer al huésped una experiencia histórica.