En la costa catalana del Maresme, encontramos uno de los pueblos con más nombre, encontramos la urbanización del Supermaresme. Muy próxima al Golf de Sant Vicenç de Montalt y a escasos minutos del Port de Balis, en Sant Andreu de Llaveneres. Uno de los puertos deportivos más conocidos en el Maresme.
Aprovechando la subida a una montaña de la cordillera litoral, la urbanización del Supermaresme reparte grandes inmuebles de alto nivel a lo largo de una carretera serpenteante que la recorre de principio a fin. Gracias a la altura y la distribución de las casas en el desnivel del terreno se obtienen grandes parcelas con excelentes vistas al mar.
La casa se sitúa en una parcela bastante plana por la parte trasera de la casa, donde se encuentra el gran jardín mirando al mar, y con fuerte pendiente en la parte frontal de la casa. Una baja pronunciada desde la calle al garaje, con entrada directa en la cocina, independientemente de la entrada principal de la casa.
Al entrar en la casa desde el recibidor ya puede verse de frente el mar, a través de las ventanas del salón que se encuentra justo de frente. Gracias a la amplitud de los espacios, la doble altura del salón, los grandes ventanales, convierten al salón en un espacio mágico para vivir, no sólo por sus vistas si no por su luz y la serenidad que transmite el jardín. Junto al salón se encuentra el comedor a un lado y al otro salón más recogido, con chimenea, pensado como salón para el televisor. El comedor comunica directamente con la cocina, amplia, con una isla en medio, y con espacio también para una pequeña mesa.
En la planta baja, se encuentra además tres dormitorios amplios, uno de los cuales disfruta de una vista inmejorable al jardín y al mar.
En la planta superior se encuentran dos espacios diferenciados, uno a cada lado del espacio que crea la doble altura del salón. A un lado el dormitorio principal, con baño propio y vestidor. Y al otro lado un gran despacho.
El jardín cuenta con una piscina y una sala de fiestas exterior, con barra de bar y espacio para bailar. Un jardín que bien decorado podría ser ideal para la más lujosa de las bodas. Con una vista al mar increíble y una privacidad casi total.