Situado en el corazón de Barcelona con vistas a la Plaza del Ángel. Plaza en la que cruzan la Vía Laietana, calle que desemboca en la Barceloneta y que vertebra la parte antigua de la ciudad separando los barrios del Gótico y el Borne. Un punto en el que la Via Laietana corta con las dos calles centrales ambos barrios que separa. En el lado del Gótico cruza la calle Jaume I que conduce hasta La Rambla pasando por la Plaza de Sant Jaume donde se encuentra el Ayuntamiento de Barcelona. Al otro lado de Vía Laietana el punto donde se encuentra el inmueble cruza perpendicularmente con la calle Princesa, el corazón comercial del Borne y en diagonal con la calle de la Argenteria que lleva directa a la Basílica de santa Maria del Mar donde empieza el Paseo del Borne.
La propiedad se encuentra en un enclave excepcional a ciento cincuenta metros de la Catedral de Barcelona, la cual puede verse con facilidad desde la mayoría de las ventanas dispuestas en once balcones que dan a tres fachadas diferentes del edificio. Estando orientada su lado central hacia el noroeste dispone de una excelente luz por la tarde y al atardecer en dos de sus fachadas, quedando la otra orientada al este. Gracias a encontrarse en una altura elevada, equivalente a un quinto piso de altura, y estando situado junto una plaza y a una calle amplia se trata de un inmueble muy luminoso durante todo el día en cualquiera de sus habitaciones.
El edificio forma parte del Patrimonio arqueológico histórico de la ciudad de Barcelona, con la categoría de monumento. Fue edificado por el arquitecto catalán Enric Sagnier, cuya obra ha sido muy reconocida en la ciudad dejando muchos edificios con su firma. De estilo Novecentista el edificio está coronado en su esquina sureste por una espectacular cúpula que lo caracteriza.
El estado actual del inmueble es el original de su construcción en 1920, por lo que necesita una reforma integral, ofreciendo en su reforma muchas posibilidades distintas para el inmueble. Desde segregarlo en tres viviendas, aprovechando sus tres orientaciones, hasta convertirlo en un excepcional inmueble de lujo aprovechando los elementos destacados de su arquitectura interior. De techos altos y artesanados, el inmueble es amplio y espacioso, con un gran recibidor y un pasillo ancho, todas las habitaciones y espacios son exteriores, a excepción de los baños y la cocina que dan a un patio interior. Su salón principal mide aproximadamente sesenta metros cuadrados.